The statue of Saint Ann instructing Mary in the Ten Commandments was originally inside Saint Ann’s Church, which stood at the corner of Eastern Avenue and Gage Street until its demolition in 1970. The statue was then inside Our Lady of Mount Carmel Church until its closure in 2016.
The Catechism of the Catholic Church gives us valuable guidance in how we might use this image to inspire our prayer. Let us recall that “what the Catholic faith believes about Mary is based on what it believes about Christ, and what it teaches about Mary illumines in turn its faith in Christ.” (487) That is, just as Jesus “advanced in wisdom and age and favor before God and man,” (Luke 2:52) so did Mary advance in knowledge of the Jewish Law and Prophets and in understanding of the covenant between God and Israel. She who was “preserved immune from all stain of original sin” by a “singular grace and privilege of almighty God and by virtue of the merits of Jesus Christ” (491) nevertheless had to learn her Jewish faith under the tutelage of Saint Ann, her mother.
And what exactly did she learn in her studies? She must have learned about the important women of the Old Testament whose missions foreshadowed her own: Eve, Sarah, Hannah, Deborah, Ruth, Judith, Esther, and many others. Indeed, “after a long period of waiting, the times are fulfilled in Mary, the exalted Daughter of Sion, and the new plan of salvation is established.” (489) Let us, therefore, study the Old Testament through the lens of the New Testament and through the person of Jesus Christ, for “God, the inspirer and author of both Testaments, wisely arranged that the New Testament be hidden in the Old and the Old be made manifest in the New.” (Dei Verbum 16)
The statue of Anne stands in the original position of the baptismal font. This explains why there are grapes painted on the wall behind him, which represent the fruitfulness of the sacramental life, which begins in Baptism.
We thank parishioner Christine Cross for beautifully restoring the statue in 2020.
La estatua de Santa Ana instruyendo a María en los Diez Mandamientos estaba originalmente dentro de la Iglesia de Santa Ana, que estaba en la esquina de Eastern Avenue y Gage Street hasta su demolición en 1970. La estatua estuvo luego dentro de la Iglesia de Nuestra Señora del Monte Carmelo hasta su cierre en 2016.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos ofrece una guía valiosa sobre cómo podemos usar esta imagen para inspirar nuestra oración. Recordemos que "lo que la fe católica cree acerca de María se basa en lo que cree acerca de Cristo, y lo que enseña sobre María ilumina a su vez su fe en Cristo" (487). Es decir, así como Jesús "progresaba en sabiduría, edad y gracia delante de Dios y de los hombres" (Lucas 2:52), María también avanzaba en el conocimiento de la Ley y los Profetas judíos y en la comprensión del pacto entre Dios e Israel. Ella, que fue "preservada inmune de toda mancha de pecado original" por una "gracia y privilegio singular del Dios todopoderoso y en virtud de los méritos de Jesucristo" (491), sin embargo, tuvo que aprender su fe judía bajo la tutela de Santa Ana, su madre.
¿Y qué aprendió exactamente en sus estudios? Debe haber aprendido sobre las importantes mujeres del Antiguo Testamento cuyas misiones prefiguraban la suya: Eva, Sara, Ana, Débora, Rut, Judit, Ester y muchas otras. De hecho, "después de un largo período de espera, los tiempos se cumplen en María, la exaltada Hija de Sión, y se establece el nuevo plan de salvación" (489). Por lo tanto, estudiemos el Antiguo Testamento a través del lente del Nuevo Testamento y a través de la persona de Jesucristo, porque "Dios, el inspirador y autor de ambos Testamentos, sabiamente dispuso que el Nuevo Testamento estuviera oculto en el Antiguo y que el Antiguo se manifestara en el Nuevo" (Dei Verbum 16).
La estatua de Ana está en la posición original de la pila bautismal. Esto explica por qué hay uvas pintadas en la pared detrás de ella, que representan la fructificación de la vida sacramental, que comienza en el Bautismo.
Agradecemos a la feligresa Christine Cross por restaurar bellamente la estatua en 2020.